PROCEDIMIENTO PENAL
El análisis psicológico pericial en el contexto del Derecho Penal se enfoca en examinar el comportamiento delictivo. El profesional en psicología pericial se ocupa de identificar y evaluar daños emocionales o psicológicos en las víctimas, así como de analizar situaciones donde se presentan conductas de simulación, encubrimiento o exageración, tanto en quienes afirman ser víctimas como en los acusados.
De esta manera, en los procesos penales, el psicólogo forense desempeña la función de evaluar tanto a quienes aseguran haber sido perjudicados como a los posibles responsables, determinando si la persona acusada tiene o no la capacidad para ser considerada responsable desde el punto de vista legal.
En el contexto del Derecho Penal, resulta posible evaluar y presentar un informe psicológico forense que abarque:
- Imputabilidad: El trabajo del psicólogo forense consiste en determinar si una persona era consciente y capaz de controlar sus acciones en el momento en que cometió un delito. Esto implica evaluar su estado mental y sus habilidades cognitivas y volitivas durante los hechos. La imputabilidad, que puede estar influida por la presencia de trastornos mentales, afecta tanto el juicio legal como las condiciones de cumplimiento de la pena. En este análisis, se examinan funciones como la memoria, la atención, la comprensión y el control de los impulsos para esclarecer su responsabilidad en el acto cometido.
- Daños/secuelas en víctimas: Una solicitud común en el ámbito forense es la elaboración de informes psicológicos periciales para evaluar daños o secuelas psicológicas en víctimas de diferentes situaciones, como:
- Violencia de género
- Abuso o agresión sexual
- Accidentes de tráfico
- Ataques o asaltos
Estos informes son fundamentales como pruebas legales para respaldar denuncias y reclamar indemnizaciones. Asimismo, en caso necesario, se analiza la credibilidad del testimonio de las víctimas.
- Evaluación de peligrosidad y riesgo de reincidencia: El informe psicológico pericial analiza la probabilidad de que una persona vuelva a cometer el mismo tipo de delito, evaluando el riesgo de violencia y reincidencia. Esto se basa en el concepto de peligrosidad criminal, que resulta esencial para estimar el potencial de futuros actos delictivos.